Descansada

Son las nueve de la noche y es miércoles... tendría que estar en clase pero debido al mal tiempo todas mis alumnas han decidido que hoy no hay clase... menos mal que me han ido avisando!!! :)

Así que he podido acercarme a la biblioteca para dejar los libros que tenía y para coger el primer tomo de Les Mil i una Nits, el primer tomo de Los Gozos y las Sombras, una novela romántica (no, no tengo ni idea del título, está en la bolsa) y dos manuales para aprender francés en un mes (no se admiten bromas!!!).

A las ocho y veinte ya estaba en casa, me ha dado tiempo de ducharme y podré ver Betty y Mujeres de Manhattan... con un poco de suerte hoy meto mi resfriado en la cama antes de las doce...

Sé que no tendría que gustarme este tiempo, que es todo lo contrario a lo que soy yo... pura Leo, puro verano, sol solet... pero me da a mi que la lluvia y el frío me remiten a parte de la infancia y de la adolescencia, cuando vivía en Villablino... aquello sí que era frío!!! Las estaciones eran estaciones de verdad, todo bien ordenadito... y qué decir de las nevadas!! Cuando nos despertábamos y veíamos hasta donde llegaba la nieve ya nos frotábamos las manos pensando en cuantos profes de León no podrían darnos clase porque habían cerrado los puertos y nos habíamos quedado incomunicados..

Eran días de olor a madera y carbón; de botas de nieve forradas por dentro; de botas de agua de relucientes colores; de madreñas; de quedarte en casa cerca de la cocina de carbón que la calentaba de punta a punta; de dibujar sin reocuparte por nada más; de ver programas en la tele (TVE 1, que no había gran cosa más de aquella) que normalmente no podías ver...

Así pues, todo se resume en una palabra: añoranza... aunque no voy a mentir y decir que me gustaría estar o vivir allí... no, que va, en Villablino me faltaban tantísimas cosas... pero a pesar de todo, como siempre digo, no cambio para nada el haber crecido allí y haber vivido todo aquello.