C'est la vie

Dos de mis mejores amigas están estos días especialmente felices... bien, no es algo de sólo esta semana, en gran parte viene del mes de agosto... qué curioso! Cada una de ellas lo está por razones diferentes: una porque se ha enamorado y la otra porque se ha quedado embarazada. A esto añadámosle que mi mejor amigo también se ha enamorado hace relativamente poco, con lo cuál aumenta el estado eufórico.

Si no le das más vueltas, la situación es la mejor que te puedes encontrar, porque si tus amigos son felices tú también lo eres... lo malo es cuando tienes tiempo suficiente para pensar y te das cuenta de hasta qué punto tu vida cambia o puede cambiar cuando los demás son felices con situaciones ajenas a tí... y te dedicas a pensar eso cuando ya te has visto en ello más de una vez. Ojo! No siempre pasa, pero no puedo negar que me he visto en la situación un par de veces: al principio te sientes algo rara y después, bueno, después te lo tomas como si fuera la cosa más normal del mundo porque no es la primera vez que lo vives.

Más de una vez me he preguntado qué mecanismo lleva a tus amigos cuando están enamorados a olvidarse de tí o a arrinconarte como si no fueras necesario... porque una cosa es que se muden a otra ciudad u otro país, pero si siguen estando cerca tuyo no tiene mucho sentido.. Claro que hay otras cosas que llegan a fastidiar más: de repente las cenas o comidas son para parejas, cuando quedas con ellos quedas a solas y cuando invitas tú a alguna cena o comida a veces te sueltan: "¿Y qué hago con mi novio/marido?" Pues traerlo, no? Bueno, a no ser que le caigas mal a la pareja, que en ese caso ya no me meto!

Pero es ley de vida... cuando tienes pareja cambias hábitos y buscas reconocerte en otras personas, así que si estás soltera no eres un buen espejo en el que mirarse. De repente, si tienen un día malo son capaces de decirte "es que yo tengo que pagar una hipoteca" como si tú no tuvieras problemas para llegar a fin de mes... pero para las parejas no es lo mismo que tú no tengas ni para un piso que el hecho de pagar una hipoteca: no se está al mismo nivel. En cambio, esa frase adquiere otro tono cuando hablan con otras parejas: tipos de interés, IBI (se escribe así??) y todas las pequeñas cadenas que les atan de por vida a bancos y demás... es evidente que se van a entender entre ellas y eso une..

En cuanto a los embarazos... más de lo mismo. Ecografías, pruebas, pañales, comida, enfermedades, vacunas, colegíos... por más que te puedas implicar con los hijos de tus amigos es imposible que cambies tu mente para pensar 24 horas al día en lo que ello implica. Tu vida no cambia, te siguen gustando las mismas cosas y sigues prefiriendo hablar de política y sociedad antes que de heces de un color extraño o las monerías del niño. Todo tiene un límite. Su propia inmersión en la maternidad hace que sea imposible que te acerques más. Es, pues, una distancia entre las dos partes... Tú empiezas a escuchar las mismas cosas una y otra vez: cuando quieres hablar de sexo ellas te hablan de la carencia de él, cuando quieres hablar de la última del PP ellas sólo te pueden decir que ni se han enterado ni les importa en ese momento... Tú te cansas y no las entiendes. Ellas no entienden lo que pasa y se cansan.

Cuando sus hijos empiezan a ir al colegio conocen a otras mamás y entonces consiguen ocupar el hueco que necesitan: mamis de su edad y con sus mismos problemas y necesidades...

Sí, es ley de vida.

Lo que no significa que no duela.

Una de mis primeras grandes amigas cuando se echó novio dejó de escribirme con asiduidad; ella seguía viviendo en Villablino y yo ya me había mudado a Gavà. Nuestra única vía de contacto eran las cartas, ni mails ni móviles (dios, que vieja soy) y después de su boda (a la que asistí) dejó de escribirme porque implicaba un gasto considerable de tiempo... la foto de su hija me la envió una amiga común, así que imaginaros...

Alguna otra gran amiga cambiaba de la noche a la mañana cuando tenía pareja: si no estaba con nadie quedaba conmigo, si estaba casi ni la veía... empezaron a quedar los días que a las parejas les iba bien sin tener en cuenta si yo trabajaba o no al día siguiente y al final me acabaron echando en cara a mi que yo nunca quería quedar con ellos...

A pesar de todo no puedo negar que he tenido suerte, mi amiga con hija (preciosa) sigue hablándome a pesar de que ya no quedamos como antes (la idea de salir de mi casa un sábado por la noche para meterme en su casa no me llama la atención, no, culpa meva); mi amiga embarazada sigue en su linea de siempre (amor, no te lo tomes a mal... jaja al menos no has cambiado y con pareja y sin ella siempre has estado ahí para escucharme) y mi amiga enamorada me quiere un montón y mientras no se vaya del país sé que la tendré ahí a mi lado en cualquier momento (i quant et vagis, si et vas, faré que m'adopteu). Mis amigos (hombres), enamorados o no, también se encargan de escuchar mis lamentos aunque no nos veamos.. de hecho, en el caso que os comentaba al principio, hemos estado más tiempo sin vernos por mi culpa que porque él se hubiera emparejado o no.

Supongo que la única solución es emparejarse y ser parte del problema, ya que no hay manera de ser parte de la solución... :)