El poder de las palabras

Las consecuencias de mi último post han sido variadas... había avisado a mi padre de que escribiría un relato de ficción y a Raül le avisé de que no se asustara... pero no preví nada más. Bueno, miento, el martes por la mañana tuve en la cabeza todo el rato mandarle un mensaje a mi tía para que no se asustara, pero se me pasó entre una cosa y otra.

Sé que muchos han pensado que era verdad, pese a que estaba escrito con un color diferente y al final estaba perfectamente explicado...

Sé que la foto no ayudaba mucho, ese ojo ligeramente lila...

A menudo leemos sólo lo que queremos, en muchas ocasiones porque lo que leemos nos hace daño y preferimos evitarnos malos ratos. A veces hacemos lecturas rápidas que nos ayudan a saber de que va el tema pero no profundizamos.

En cualquier caso, lo que nos suele condicionar son nuestros sentimientos: hacia el tema, hacia la persona que lo escribe, hacia la manera en que está escrito...

Mi análisis de lo que ha pasado con ese último post mio varía dependiendo de donde me sitúe:
- como escritora me siento orgullosa, porque sé que he hecho que sintáis como vuestro un hecho ficticio... porque el hilar todo para que tuviera coherencia me costó, porque meterme en la piel de una mujer maltratada no es nada agradable, porque no quería que pudiera ofender de ninguna manera;
- como amiga/familiar etc.. siento haberos hecho pasar un mal rato. A pesar de que me conocéis, a pesar de que sabéis el genio que tengo, a pesar de los pesares pensastéis que podría ser real... mi tía Bego se llevó un susto de muerte hasta que mi tío le hizo seguir leyendo hasta el final, Eva me preguntó por la foto, Iván creyó totalmente que me había pasado e incluso mi padre me dijo que pese a saber que no era real se lo había creido...

Pero como apuntaba Amina, creo que era la manera de llamar la atención sobre un tema tan bestia como el maltrato a las mujeres. Porque a veces nos llenamos la boca diciendo lo que haríamos y lo que no; porque a veces aseguramos que nos daríamos cuenta si le pasara a un familiar... pero somos vulnerables y estas cosas no sólo dependen de la percepción de uno, sino de la reacción del afectado.

Está bien ponernos en el lugar del otro de vez en cuando, sobretodo cuando no implica dolor. Y está bien que nos abran los ojos ante las cosas que nos pueden pasar desapercibidas.

Pero no quería que pasárais un mal rato...

((por si os lo preguntáis: la foto era del último Halloween y en ella salían además Sara y Silvia... íbamos de brujas ojerosas... Las ojeras, como podéis ver en esta foto, son mías, últimamente las llevo de serie...))