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15.2.08

Cuestión de carácter



Estos días no paro de darle vueltas a una cosa de mi carácter que no sé si es buena o mala... de hecho es una cosa común a la gente de izquierdas: por no ponernos al nivel de los otros no devolvemos las patadas o pensamos que para qué rebajarnos.

Pero claro, las situaciones se vuelven insostenibles y si tú no limpias tu imagen nadie la va a limpiar por tí... es decir, todos los insultos que desde el PP han ido lanzando contra los catalanes, los gays, la memoria histórica, la inmigración, etc, quedan en el inconsciente colectivo... y aunque desde un lado y desde otro hemos respondido, lo hemos hecho a nuestra manera, que es la de mirar con incredulidad a quién lo dice, rebatirlo y dejarlo estar.

El problema es cuando eso, que es a nivel global, lo trasladamos a un nivel local. Cuando nos hacen daño una y otra vez y no hacemos nada para no ponernos a su nivel, o por respeto a una enfermedad o porque no merece la pena.

Pero seguro que no merece la pena que luchemos con uñas y dientes por lo que creemos? Valen más sus lágrimas que las nuestras?

Que estos días no pare de darle vueltas no es casual. Me afecta directamente. No sólo he tenido que soportar toda una serie de mentiras y paranoias sobre mi persona, sino que a pesar de estar ya lejos de quien las difunde, insisten en expandirlas.. Personalmente me dan ganas de muchas cosas: llamarles y decirles que paren de una puta vez, porque lo que hasta ahora era triste ha empezado a ser patético; decir en voz alta cuales han sido las condiciones en las que me he tenido que mover; decirle a la cara todas las putadas que me han ido haciendo y que por respeto he ignorado o no he querido ver...

Pero eso me suele pasar en los momentos de indignación... cuando dejo que la indignación se diluya no puedo evitar pensar que para qué... yo no quiero saber nada más de ellos y tampoco quisiera ser de la manera que son. Seguramente me quitaría un peso de encima, pero no va con mi manera de ser... ya se encontrarán todo lo que me están haciendo, sin duda.

Por mi parte, tengo tanto cariño a mi alrededor que todo lo demás sobra...

3 comentaris:

Aicha_Sa ha dit...

Hi ha un refrany que es bonissim.. "A cada cerdo le toca su navidad..."

Així que no et preocupis, que ells mateixos s'ho trobaran de morros...

Com diu la mare de l'Helena: Marineros somos, y en el mar andamos..

Unknown ha dit...

A mí me pasa eso con mi jefe, es tan prepotente cuando habla conmigo, que me gustaría decirle que no tiene ningún derecho a hablarme así, pero por no ponerme a su nivel, lo vas dejando lo vas dejando hasta que un dia me pille cruzada me ponga a su nivel y quizá me despidan!!!
Un saludo.

Gavanense ha dit...

Mira Sonia, hemos coincidido en lo de los cabreos y el derecho -necesidad- de responder, de decir la nuestra, de desahogarnos, si más no. Yo he optado por crear un blog de cabreos (http://cabronadasycabronadas.blogspot.com/)ya que en los otros mi opinión solo aparece en la selección de noticias, pero a veces se necesita poner la directa. Tú lo haces muy bien en el tuyo, así es que adelante. Tienes gente que te apoya y éso es lo más grande.
Un abrazo

Gavanense