La Paloma es una de esas salas míticas de Barcelona que está en peligro de muerte. Tenía encima una moratoria que acababa ayer por la noche, por lo que en cualquier momento pueden proceder a cerrar la sala.
El caso es que los vecinos se quejan del ruido que sale de la sala... y no digo que no tengan razón para quejarse, aunque yo no recuerdo escuchar jaleo de la sala fuera.. Y sinceramente me da a mi que por más aislamiento que le pongan no se conseguirá nada, porque el mayor ruido no procede de dentro, sino de los clientes... de los clientes que antes de entrar o al salir se dedican a gritar, cantar... a veces borrachos, otras veces sólo presas de su propia tonteria.
Ese ruido, el ruido de nuestro egoismo, es el que no acata moratorias... y por desgracia Barcelona se quedará sin una sala más.. sin una sala que no era simplemente una más..
4 comentaris:
Eso no puede cerrarse. ¡Es preciosísimo!
Es increible, tiene un toque tan de otra época.. de una época mucho más gloriosa, más vivida... Yo sólo he estado en contadas ocasiones y la verdad es que no sabes donde mirar entre tanta suntuosidad.. Besos!
Que lástima, la conocí el año pasado en una corta estancia en Barcelona. En cierta medida fué como un bálsamo, para mi Barcelona sin la Bodega Bohemia era menos Barcelona. Después con la Paloma, Barcelona recuperaba para mí algo de esa entrañable "Ciudad de los Prodigios". Incluiré entre mis deseos para el nuevo año, el de que se mantenga.
Bueno Carlos, en principio pueden arreglar las cosas... pero aún después que la insonoricen (que esperemos sea pronto, hay 100 puestos de trabajo en juego) seguirán existiendo las denuncias, porque la gente en la calle no tiene mucho respeto y La Paloma está metida del todo entre pisos... Besos!
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