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26.11.07

Femenino plural

En estos días es difícil eso de sentirse bien siendo mujer, vaya, seguro que en un momento u otro de la humanidad las mujeres hemos sido las protagonistas y todo eso, pero la verdad es que no sabría deciros cuándo pudo ser eso...

Te levantas cada día con la idea de que será un gran día, de que te sientes bien, de que las cosas no están tan mal... y te encuentras con que han condenado a cárcel y a 200 latigazos a una mujer porque fue violada por seis hombres, o que al encerrar a una mujer en una cárcel con más de 20 hombres fue sistemáticamente violada por todo aquel que había en la celda, o que un ex-marido/ex-novio/ex-lo-que-sea ha matado a una mujer en cualquier punto de nuestra geografía, o que en África una mujer es violada de media tres veces en su vida... y en ese momento un trocito nuestro muere, un trocito que no sabría bien si identificar con la felicidad, con la seguridad, con la esperanza o ve a saber con qué. Es un trozo que aparentemente no duele, pero que hace que tu mundo cambie de alguna manera, que crezca la desconfianza...

Claro que si hay una cosa que me fastidia más que nada en todo esto es que las mujeres no conseguimos ser una piña, que todavía consideramos que nos merecemos lo peor. Es fácil culpar a los hombres en general, porque de todas esas noticias son los culpables directos. Pero las mujeres tenemos que gritar bien alto y no dejar que nadie nos pise de esa manera. No podemos creernos tan poca cosa como para retirar denuncias u órdenes de alejamiento; no podemos creernos tan insignificantes como para permitir que nos peguen una y otra vez porque nos lo merecemos; no debemos insultarnos de ninguna manera, insinuando que nos lo merecemos; no podemos despreciarnos porque escojamos una opción u otra. Hemos de ayudarnos, de tendernos una mano y ser sólo una frente a quien intente despreciarnos o hacernos daño.

Reconozco que estoy rodeada de mujeres increibles, que vivo envuelta en una nube porque no dejo que me hagan daño. Pero llegar a este punto no ha sido fácil y he dejado muchas lágrimas por el camino. Ahora no dejo que nadie me haga daño, o por lo menos ya no me callo: pueden intentar dañarme pero no guardo las uñas. Se acabó eso de tener la boca cerrada porque quien te diga la frase despectiva se merezca un respeto... si te desprecia no se merece respeto y ya puede ser tu tía o el mismo Papa de Roma.

Y por eso mismo soy como soy y tengo la fama que tengo. Pero me fastidia eso de ser la mala de la película por exigir mis derechos. Me fastidia que por no dejarme insultar se ofendan. Me fastidia que intenten hacerme chantaje emocional por dejar oir mi voz.

Quien no me quiera que no lo haga. Pero no voy a dejar que nadie que dice que me quiere intente pisarme. Eso se acabó. Puede que aún queden cenizas de inseguridad en mi, pero no voy a dejar que se conviertan en llama de ninguna manera. Ojalá eso se lo pudieran aplicar tantas y tantas mujeres que van cayendo día tras día...

Personalmente no soy feminista por casualidad, lo soy desde que tengo conciencia de ser mujer y de sentirme en peligro constante... y de eso hace muchos años. Y no estoy en contra de los hombres en general. En concreto estoy contra todo aquel o aquella gilipollas que se crea capaz de despreciar a una mujer por el simple hecho de serlo, que la cree inferior... Sé que hay mujeres que por desgracia no pueden alzar la voz, las cosas van demasiado despacio en este mundo, pero todo se andará y cada vez somos más las que no callamos. Mientras tanto lo único que puedo desear es levantarme mañana y que las cosas hayan mejorado un poco. Y, sobretodo, que la mujer no sea una loba para la mujer.

4 comentaris:

Amina ha dit...

La realitat és ben trista, però espero algun dia que la unió de totes les dones es produeixi i puguem avançar sense cap mena de violència.
Sempre que parlem de dones, em ve el cap el següent poema de la Maria Mercè Marçal, que diria que ja t'he posat algun cop.
A l'atzar agraeixo tres dons:
haver nascut dona,
de classe baixa
i de nació oprimida.
I el tèrbol atzur
de ser tres voltes rebel.

Sonia ha dit...

OLÉ OLÉ Y OLÉ!!!!!

Su ha dit...

Tienes mucha razón, si nosotras mismas no nos respetamos cómo queremos que lo haga el resto???
Creo que todas hemos de luchar por hacernos visibles en todos los campos, y que nuestra voz nunca se apague... y si hay alguna amordazada para eso estamos las demás, para gritar por ella bien alto.

A pesar de todo y de todos... me encanta ser mujer!!!

Un beso a todas!!

(me encanta tu manera de escribir, igual de bien que bailas ;)))

garib ha dit...

Pero esas mujeres que se dejan pisar pueden tener miedo, sentirse solas y ser víctimas de una cierta educación o cultura. Es muy difícil rebelarte cuando te sientes sólo o asustado. No son sólo las mujeres las que tienen que ser una y ayudarse, yo llevaría tu argumento más allá, es la sociedad en conjunto la que tiene que demostrar su apoyo en general. No es cuestión de hombres y mujeres, es cuestión de personas.

Claro que no todos los hombres somos malos, pero a mí me molesta mucho el intento de algunos por no reconocer que, en muchas ocasiones, la mujer siempre es el eslabón débil de la cadena. Como cuando oyes a alguien que al hablar de violencia doméstica intenta rebajar el machismo diciendo que también hay hombres que maltratan a mujeres como si fuera en la misma proporción. Un saludo.