De farra...

Como si no nos estuviera costando suficiente superar la ñoña de nuestro viajecito, el Ayuntamiento de Barcelona ha decidido ponérnoslo más difícil aún... pero no es una queja, que conste! Han llegado las fiestas de la Mercè y con ellas la ciudad, o una gran parte, se llena de conciertos en casi todos los escenarios posibles, en su mayoría gratuitos y para todos los gustos.
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Tenía controlado todo el fin de semana que viene, ya que por primera vez se celebra el Festival "Les Nits de Ramadà" y el Arc del Triomf se llenará de sonidos magrebies, orientales... Pero la Mercè empezó a lo grande el viernes pasado y gracias a Bea (últimamente no paro de darle las gracias) supimos que la Orquesta Àrabe de Barcelona tocaba en el Moll, después del grupo bereber argelino Gaada Diwane de Bechar. Qué mejor ocasión para quedar con nuestros amigos bereberes!
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Dejando a un lado el lío que nos hicimos porque no teníamos claro en qué parte del Moll era y nos fuimos justo al lado contrario (ley de Murphy, sin duda) y al hecho de que la lluvia es a la Mercè lo que las medusas a la playa: un coñazo inevitable, la verdad es que teníamos tantas ganas que ni el hecho de caminar y caminar bajo la lluvia nos importó.

Cuando conseguimos llegar el paisaje era desolador: un sonido genial pero sólo quince o veinte personas escuchando bajo el agua al grupo bereber. Antes de que acabase esa primera actuación el director de la Orquesta Arabe, Mohammed Soulimane, se acercó hasta nosotras para saludarnos... detalle que nos encantó, porque siempre piensas que según que personas no se acordarán de tí... pero sí, se acordaba... y estuvimos hablando un poquito sobre nuestro viaje y lo mucho que nos había gustado Chaouen. También nos confirmó que sí habría concierto a pesar de la lluvia...
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Genial el concierto, como siempre! Me encanta su música, no me canso de decirlo y los temas nuevos que tocaron son tan buenos que estoy deseando que lo pongan a la venta, aunque aún quedan un par de meses para ello.. Eso sí, el agua caia a plomo y tres paraguas, más bien pequeños, nos maltapaban a los siete... después de unas cuantas canciones la lluvia nos dió una tregua e incluso acabamos bailando la última canción, a ritmo de la Orquesta y de un grupo de música gnawa.
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Pero más allá de lo bien que nos lo llegamos a pasar (mucho), con lo que me quedo no es tanto la ñoña que tenemos Gemma y yo por lo vivido... sino por la tremenda añoranza que se veía en parte del público que al final llenó bastante más de lo esperado el concierto de la OAB. Se les notaba en la manera de bailar, en la manera de sentir las canciones... y lo notamos mucho en Mbarak y Ahmid. Mbarak es por naturaleza bailarín, pero esta vez hasta Ahmid se animó a bailar... y en mitad de una de las canciones Mbarak hasta llegó a llamar a Hassan para que escuchara una de las canciones...
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Y no pude evitar pensar en mi hermano, en Andover... en la tremenda añoranza que siente en tantas ocasiones, en el pequeño hilo que le mantiene relacionado con su pais gracias a internet, en como se tiene que contentar con escuchar los petardos y el jaleo cuando el Barça gana a través de nuestra llamada, en cómo se comen las uvas en fin de año gracias a la televisión pero sin el ambiente que vivirían aquí... y tantas y tantas cosas más...
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Qué duro es estar lejos de casa, sobretodo cuando es por necesidad... y más cuando estás rodeado por gente que ni te entiende ni tiene ganas de entenderte. Para ello no hace falta salir del pais, puedes migrar a otra comunidad y sentirte todo un extraterrestre.. pero al menos tienes algo en común y la mayor parte de tus costumbres son compartidas.
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De momento yo pondré los pies en la tierra de una puñetera vez y seguiremos quedando con nuestros nuevos amigos... quizás aún no nos entendamos del todo, cosas del idioma, pero al menos les comprendemos y esa frontera tan tonta que existe en los principios, de clasificarlo todo, se ha roto ya. Ya no son nuestros amigos bereberes, ahora simplemente son nuestros amigos Mbarak y Ahmid.