Este fin de semana estaba lleno de cosas: ensayo para la próxima actuación, taller de danza y cena con las supernenas para llevar a cabo nuestro ritual de los solsticios. Todo tranquilo y relajado... pero al acabar el taller y antes de ir a prepararnos para la cena decidimos llamar a Tere, cuyo embarazo ya no la deja participar de estas cosas... y es que está de nueve meses menos un día (sí, mañana sale de cuentas) y aunque la muy petarda se ha pasado ocho meses largos sin parar, ahora ya no puede con su cuerpo y ha de descansar sí o sí.
A ver cómo os lo explico.. la amistad tiene estas cosas: no lo planeas pero de repente tu noche puede cambiar sin que te des cuenta... porque si ella llega a irse al hospital allá que nos vamos detrás, como si fuera parte de la fiesta. Sé que no es nada especial, pero me pareció precioso que sin comerlo ni beberlo pudiéramos compartir ese ratito con ellos, allí, fuera de la farmacia, riendo, bromeando, echándole la bronca.. y preparándonos para pasar la noche en vela si era necesario.
La tensión no le bajó en ese momento (según la farmaceutica las risas también la suben), pero desde el hospital le dijeron que esperara una horita.. así que cada uno nos fuimos por nuestro camino, con los móviles a mano por si de todas maneras teniamos que ponernos en camino..
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Otra cosa ha sido la resaca de hoy... señor, señor, una ya tiene una edad, está más que demostrado!!
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Ah!! Y no, de momento Tere no ha dado a luz..