Es el primer día de Ramadán y ante la duda dejamos el re-visitar el Barrio Copto con Shaabia precisamente para hoy; además, ayer nos avisaron en el Khalili de que no fuéramos porque todo estaría cerrado y sólo abrirían las cafeterías a partir de las siete de la tarde, por lo que decidimos dedicar la mañana a la visita turística y la tarde a la corniche...
Si pensábamos que el día de ayer era algo así como nuestra nochebuena, nos equivocamos. Nuestra visita casi diaria al supermercado nos demuestra que HOY es el día grande: el super está a tope, todo el mundo de aquí para allá comprando, hay ofertas especiales de Coca-cola y algo para cocinar que no logro identificar...
Aún así, el hecho de comer en el lugar de siempre se transforma en una experiencia curiosa: nuestro camarero de siempre parece falto de pilas, el pequeño local tiene más camareros que nunca, las motos fuera se amontonan (tienen servicio de entrega a domicilio) y comer cuando ellos no pueden ni beber es, cuando menos, incómodo.
Salir del hotel antes de las siete no es una opción válida y nos lo confirma mi profe: ha venido desde su casa en taxi (que le espera para devolverle a la paz de su hogar) y las calles están casi desiertas.. según él a las siete sólo se escuchará un sonido: el de las cucharas y los tenedores contra el plato. Así que decidimos acabar de dormir la siesta y bajar al bar a tener nuestra particular tarde mai-mai (ya, es de locos) a base de cerveza y buen humor.
La visita a la corniche no tiene mucho éxito: no hay prácticamente nadie en un lugar que generalmente está atestado, así que decidimos cenar en uno de los barcos anclados en la orilla y volvernos caminando al hotel: no hay casi coches ni pitidos, el silencio se hace hasta raro.. nunca había visto El Cairo así y si me lo llegan a decir antes de hoy, no me lo habría creído...
2 comentaris:
Y fotos?? hiciste fotos del desierto??
No.. por una vez no cargué con la cámara de fotos.. jajaj por solidaridad!!! ;)
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