Un añito ya..

Sant Jordi es una día especial por si solo, pero desde el año pasado es algo más... a Álex le dió por nacer en este día y este año he tenido el lujo de poder irme con ellos a pasar la jornada en Barcelona..

Ya camina, parlotea (sin sentido, pero parlotea), se cabrea, sonrie a diestra y siniestra, se cae, se levanta, come de todo, mete los dedos en la comida de los demás para ver qué tal sabe y pone cara de asco cuando lo que prueba no le gusta nada de nada... Este Sant Jordi ha descubierto las ventanas enrrejadas de Barcelona y se ha vuelto loco: se subía en ellas y se agarraba a las rejas tirando de ellas hacia fuera como un poseso..

Se me cae la baba, no puedo evitarlo! Aunque he de reconocer que si me pasara el día con él acabaría desquiciada, porque ya está en esa edad en la que todo lo toca y todo lo quiere..

Barcelona estaba a rebosar.. los libros y las rosas se reproducían por doquier. No hay un día más bonito y lo mejor de todo es que la cultura forma parte de él. Las colas para conseguir las firmas de los autores favoritos de cada uno eran kilométricas y sinceramente, me da igual si son mediaticos o no, lo importante es que los libros vuelan por aquí y por allí..

Eso sí, cuando tardas media hora en hacer un trayecto de diez minutos las cosas no se ven tan bonitas.. pero da lo mismo.. la lluvia hizo acto de presencia, las rosas bajaron su precio a un euro y la pareja que se sentó frente a mi en el tren estaba estrenando tres libros.. qué bonito!!! Y qué bien poderlo vivir en Catalunya!

Por cierto.. aunque no se le vea bien, Alex lleva una camiseta chulísima con la portada de un cómic de Spiderman.. ya que aún no lee, al menos que lleve la lectura encima!!