In love...

Escribo esto bajo la influencia de una lluvia de mails que hacen que a pesar de todos los males no me desenganche del ordenador..

¿Sabéis esa sensación de los primeros meses de enamoramiento? Cuando lo único que te apetece es estar con esa persona y hay cincuenta mil excusas malas para estar en contacto cada dos segundos???

Pues así estoy yo...

Pero sin hombre de por medio (ya, es que lo mío no tiene remedio, como diría uno que yo me sé...)

El caso es que a veces pasa, a veces el efecto que te producen nuevas amistades te llena de una vitalidad muy parecida a la del enamoramiento.. con sus ventajas y desventajas con respecto a ello, claro!

Y lo mejor de todo es que en este caso, estas dos nuevas amigas vienen a sumar, no son el recambio de nada, ni llenan ningún hueco... son divertidas, alegres, están como una puñetera cabra y sé que no sólo me puedo fiar de ellas, sino que puedo ir con ellas allá donde quiera, que van a estar ahí para lo bueno y para agarrarme si tropiezo... porque ya lo están haciendo y eso es impagable.

Cuando nos juntamos tenemos incontinencia verbal y da la sensación de que nos conozcamos desde hace siglos, cuando en realidad todo lo estamos aprendiendo ahora.. parecemos adolescentes, pero en la treintena (lo siento María Luján.. sé que tú aún no has llegado, pero si hacemos una media de edad...)

Se puede tener mejor suerte?

(la ilustración, como casi siempre, es de Arthur DePins, una de mis debilidades)