Escondida en las entrañas del Londres del siglo XVIII, una botica secreta sirve a una clientela compuesta por mujeres maltratadas por sus maridos. Y es que entre las mujeres londinenses corre el rumor de una misteriosa boticaria llamada Nella que vende venenos camuflados de medicina a toda aquella que necesite usarlos contra hombres que las maltraten. Pero el destino de esta boticaria queda comprometido cuando su nueva protegida, una precoz niña de doce años, comete un error fatal que tendrá unas consecuencias cuyo eco se mantendrá durante siglos.
En la actualidad, una aspirante a historiadora llamada Caroline pasa su décimo aniversario de bodas sola, enfrentada a sus propios demonios. En mitad de una actividad turística dará con una pista para resolver los misteriosos asesinatos que hicieron temblar al Londres de hace más de doscientos años. Su vida se mezclará con la de aquella boticaria en un sorprendente giro del destino.
Cuando leí la contraportada de este libro en la biblioteca me llamó rápidamente la atención porque aunque estoy acostumbrada a leer literatura enmarcada en el s. XVIII no acostumbran a tratar el tema de los malos tratos más que como una simple anécdota.
La novela tiene dos hilos temporales y eso siempre me provoca un poco de reticencia porque muchas veces no están equilibrados y te pasas el rato queriendo que se dejen de mandangas y vuelva tu favorito. En este caso no es diferente, al menos para mí, el hilo de la boticaria me parece mucho más interesante pero el de la historiadora también está bien y eso hace que no sea tan pesado pasar de uno a otro. Los personajes están bien trazados y no puedes evitar ponerte en sus zapatos y querer acompañarlas hasta el final.
Por encima de todo he de decir que me encanta la sororidad que desprende la novela en cada uno de los hilos y entre ellos dos, es realmente bonito poder leer temas protagonizados por mujeres en los que se ayudan, se complementan, se refuerzan... pese al fondo de tristeza que desprenden las dos historias no acabas quedándote con mal cuerpo aunque sí que flota una melancolia de esas de "joder, qué rabia".
Para mi es recomendable al 100%, una lectura perfecta para el otoño, un buen te o café y mantita (por pedir, pediría lluvia también pero ya me parece extraordinario que en algún momento haga frío así que no pediré tanto)
Traducción: Isabel Murillo Fort
Editorial: Harper Collins Ibérica